Áreas relacionadas al desarrollo del lenguaje

áreas relacionadas al desarrollo del lenguaje

Área relacionadas al desarrollo del lenguaje

La evolución normal del lenguaje depende de múltiples variables referidas a otras áreas de desarrollo. Así tenemos: el área cognitiva, el área motora, el área social y el área emocional.

Área Cognitiva

El desarrollo cognitivo es la base fundamental del desarrollo lingüístico. Para Piaget, existe inteligencia antes que lenguaje, el cual está destinado a resolver un conjunto de problemas de acción. Es así como el lenguaje constituye la manifestación de la estructura interna de la inteligencia. Una vez que el niño aprende el nombre de las cosas y a representar a través de las palabras las relaciones conceptuales, el lenguaje puede influir en la percepción, organización e interpretación que este haga de los acontecimientos. Por tanto, el lenguaje no solo se convierte en un medio de comunicación, sino que moldea la forma de pensamiento.  

Área Motora

Las destrezas motrices necesarias para el desarrollo del habla aparecen durante los primeros minutos de vida, concretándose en la coordinación de las estructuras oro-faciales y en los mecanismos respiratorios para producir y articular la voz. Estos mecanismos inician su desarrollo a través de los mecanismos orales de alimentación (succión, masticación y deglución). El logro del control cefálico en el niño (3 meses) y la masticación de alimentos semisólidos contribuyen al desarrollo de nuevas habilidades motoras orales. La textura sólida de los alimentos (9 meses) estimula al bebé a mover su lengua, labios, a masticar y a tragar eficientemente.

Esta masticación provee al niño la oportunidad de practicar la coordinación de movimientos de lengua, labios y mejillas necesaria para la producción adecuada de los sonidos del habla. El desarrollo de la respiración y fonación es ejercitado
por el bebé al gritar, balbucear, haciendo posible que el niño controle su voz y desarrolle movimientos selectivos de sus órganos articulatorios.

Área Social

El lenguaje se inserta dentro del mundo social. La forma, contenido y uso dependen en gran parte de la interacción del niño con el medio social, ya que es allí donde se toman los modelos, las normas y reglas lingüísticas. La familia y la escuela juegan un papel muy importante y determinante en el desarrollo del lenguaje. Los adultos modelan el lenguaje infantil en la medida en que corrigen y amplían significados, y esto está ampliamente justificado por los resultados de las investigaciones realizadas por Vygotsky, donde considera lo social como factor determinante en el desarrollo de la conducta.

Área Emocional

Desde antes del nacimiento, entre el niño y la madre se establece un sistema de comunicación afectiva el cual influirá a lo largo de su desarrollo.

Este sistema se verá ampliado a las personas que rodean y atienden al niño. Además de lo antes señalado, otro aspecto fundamental en la elaboración del lenguaje oral es el funcionamiento normal de la audición, siendo la percepción auditiva necesaria para conseguir una correcta articulación de los fonemas.

El niño que tiene una pérdida total de la audición no desarrollará el lenguaje oral de manera espontánea.

Así mismo, una pérdida parcial de la audición limitará la correcta articulación de los fonemas. Del mismo modo, debe existir una adecuada estructura oral periférica (labios, lengua, incisivos superiores e inferiores, paladar duro y blando, fosas nasales), así como también adecuada movilidad de órganos articulatorios (labios, lengua, velo del paladar).

En este sentido, una oclusión normal es requisito indispensable para que los dientes realicen adecuadamente su función masticatoria y articulatoria de los sonidos.

Si hay alguna alteración en la oclusión y no se corrige precozmente,  
afecta la correcta articulación de las palabras. Según varios autores, la etiología de las maloclusiones es multifactorial, el conocimiento de estas alteraciones va a permitir un abordaje precoz e integral. Así pues, hay que tener presente la eliminación de hábitos linguales anormales; hábitos de succión labial, digital, del tete; respiración bucal, onicofagia (comerse las uñas de uno mismo); bruxismo (hábito de apretar y rechinar los dientes).